La segunda ola de COVID-19 llegó a Loreto, el departamento amazónico con más pueblos indígenas del país y una de las regiones más afectadas por la pandemia durante la primera ola. En febrero de 2021, la Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO) señaló que a pesar de las constantes demandas, reclamos y propuestas de las organizaciones indígenas para que la atención a las comunidades sea prioritaria, nuevamente se enfrentan al virus sin medicamentos, sin médicos y con poca información. Pidieron con urgencia que la vacuna llegue a las comunidades lo más pronto posible, porque si la cuarentena se sigue prolongando, la situación se complicará, ya no podrán permanecer en las comunidades, tendrán que desplazarse para buscar alimentos, medicinas o medios de subsistencia y estarán expuestos al contagio .

Coincidentemente, en febrero de 2021, el Instituto Nacional de Salud confirmó que 7 de los 12 casos de la nueva variante P1 del COVID-19 (variante que tiene una alta capacidad de contagio por tener la mutación E484K, que podría generar más infecciones que las otras cepas) están presentes en Loreto. Tras alcanzar una seroprevalencia superior al 70%, donde siete de cada diez ciudadanos contrajeron el COVID-19, la situación en Loreto se está agitando. Los casos han aumentado en los últimos dos meses, aunque con síntomas menos graves.

Dada la situación descrita, es importante difundir e interiorizar las medidas de prevención del COVID-19 en las comunidades indígenas, por lo que el proyecto prevé intervenir en las provincias de Datem del Marañón y Loreto. En Datem del Marañón, el proyecto trabajará en cuatro distritos con 11 comunidades, y en Loreto, en un distrito con 10 comunidades