MANKA KUSI (ASOCIACIÓN UNACEM)
En el Perú, las ollas comunes son iniciativas vecinales autogestionarias, y su funcionamiento –originado de la necesidad alimentaria, incluida la de las propias socias– depende de las ventas diarias de sus platos. Al ínfimo ingreso de estas organizaciones se suman donaciones esporádicas por parte de algunas organizaciones o ciudadanos. Pero eso último ocurre cada vez menos.
La pandemia de COVID-19 ha causado un retroceso de diez años en la reducción de la pobreza en Perú. El número de personas en inseguridad alimentaria se ha duplicado, llegando a 16.6 millones, más del 50% de la población. Esto ha llevado a un aumento de problemas de salud como desnutrición, anemia, sobrepeso y obesidad. La crisis también ha afectado los ingresos de las familias, aumentando la pobreza monetaria y el desempleo. La guerra entre Rusia y Ucrania ha impactado negativamente en el agro peruano, y el aumento generalizado de precios ha agravado la situación de inseguridad alimentaria. El gobierno ha implementado programas de ayuda para combatir esta crisis, incluyendo aumentar el presupuesto de los comedores populares, distribución de alimentos a través de ollas comunes y la aprobación de la Ley de reconocimiento de ollas comunes.
Objetivos
Resultados
Este primer resultado tendrá una duración de ocho meses de ejecución y abarca el desarrollo de actividades de fortalecimiento de capacidades financieras y técnico productivas como la implementación de emprendimientos para mejorar sus ingresos, manejo de herramientas de gestión que favorezcan el liderazgo de las ollas en la generación de estrategias para su autogeneración y autosostenibilidad.
Este segundo resultado tendrá una duración de tres meses con ejecución paralela al resultado 1. Para su ejecución se desarrollarán actividades de fortalecimiento de capacidades en prácticas saludables para garantizar estándares mínimos de preparación de alimentos inocuos, saludables y nutritivos, con énfasis en la prevención de anemia, desnutrición y enfermedades crónicas no transmisibles. Además, se implementará la articulación con la autoridad del gobierno local competente para sostenibilidad y complementariedad de acciones en capacitación, monitoreo de buenas prácticas que realizan coordinando con el sector salud.
En el último trimestre del proyecto se conformará un equipo formulador del “Modelo de Intervención Integral de Ollas Comunes”, quienes levantaran información primaria y secundaria con los principales actores locales ligados al proyecto. Esta información debidamente registrada en una base de datos permitirá la emisión de cuadros y gráficos, los cuales serán analizados y discutidos por el equipo formulador para la edición final del modelo.